10/03/2006

Varicocele


El viernes pasado, durante la sesión clínica, se volvió a plantear el dilema de las indicaciones quirúrgicas del varicocele sobre las que teníamos posiciones divergentes.
Durante muchos años se ha dicho que debían operarse todos los varicoceles prepuberales, los sintomáticos y los asociados a infertilidad. Hoy en día los criterios han cambiado pero muchos urólogos aún se aferran a estas indicaciones despreciando o desconociendo las evidencias actuales.

La única indicación que continúa inmutable es la de los varicoceles que producen molestias. Resulta evidente que libremos a un paciente de sus dolencias con una cirugía sencilla, teniendo siempre la precaución de establecer claramente la causa entre varicocele y dolor, ya que son muy frecuentes los dolores testiculares inespecíficos que por supueto van a permanecer después de la cirugía por no estar causados por el varicocele.

Por supuesto que NO deben operarse todos los varicoceles prepuberales. Antes se pensaba que producían infertilidad y disminución del tamaño testicular. Hoy en día no se han demostrados los mecanismos por los cuales un varicocele pueda producir infertilidad, y solo se mantienen los criterios quirúrgicos, para algunos autores, cuando un varicocele prepuberal o puberal se acompaña de disminución significativa del tamaño del testículo afectado con la esperanza de que crezca a un tamaño normal después de la cirugía.

Y por último llegamos a las indicaciones de cirugía cuando un varicocele se acompaña de infertilidad. El concepto de infertilidad masculina existe desde hace casi cincuenta años, y aún no se han explicado de forma satisfactoria los mecanismos por los que el varicocele afecta la fertilidad, así como tampoco los mecanismos por los que la varicocelectomía restaura la fertilidad. Además, se ha cuestionado si existe una relación causal entre la distensión del plexo pampiniforme y la deficiencia de fertilidad. Es muy dificil creer que el varicocele que afecta aproximadamente al 25 % de los varones sea capaz de producir una fertilidad deficiente solamente a un pequeño grupo, manteniendo todos los demas una tasa de fertilidad normal. El hecho de que existan diferencias muy importantes entre los seminogramas realizados al mismo paciente es la causa de que se anoten como éxitos de tratamiento lo que no son más que variaciones fisiológicas normales, por lo tanto NO existe en la actualidad ninguna justificación para operar un varicocele con el criterio de que va a mejorar su fertidad .

6/03/2006

La Próstata

En muchas ocasiones me han preguntado mis pacientes para que servía la próstata. Suponían que debía ser una función oscura y desconocida, pero muy importante, para compensar todas las incomodidades que produce cuando uno se va haciendo mayor.

La próstata es una glándula. Su misión es producir líquido próstático, que es uno de los componentes del semen y es necesario para que este sea normal. Está situada debajo de la vejiga y rodeando su conducto de salida, por lo que es capaz de alterar la forma de orinar cuando enferma por alguna causa.

Las principales enfermedades que afectan a la próstata son la prostatitis que es una inflamación, la hiperplasia que es un aumento de tamaño y el cáncer.

La hiperplasia es la más frecuente de las tres. Este crecimiento o aumento de tamaño se produce a medida que envejecemos, comienza apartir de los 35 años y empieza a dar los primeros síntomas habitualmente alrededor de los 50 años. Estos síntomas son de dos tipos:
Irritativos:
Aumento del número de micciones, día y noche.
Urgencia para orinar.
Escapes de orina.
Obstructivos:
Dificultad para comenzar a orinar.
Chorro flojo.
Chorro entrecortado.
Desde hace unos años se vienen haciendo campañas informativas sobre salud próstatica, y en ellas recomendamos que todos los varones se revisen la próstata una vez al año a partir de los 50, aunque no presenten nigún síntoma. El motivo es doble. Por un lado comprobar como va evolucinando, cuando es necesario poner tratamiento y cuando la intervención quirúrgica, ya que en ocasiones se estan produciendo complicaciones que el paciente ignora por evolucionar de manera muy lenta y progresiva. En segundo lugar y más importante para hacer un diagnóstico precoz del cáncer de próstata, y si uno tiene la mala suerte de tenerlo, que sea en una fase inicial cuando aún somos capaces de curarlo.

Gracias a estas revisiones, hoy en día diagnosticamos el cáncer con posibilidades de curación en tres de cada cuatro pacientes.

5/13/2006

Primer laser de próstata

Estoy haciendo mi primera entrada en este blog. Mi intención es escribir fundamentalmente sobre Urología como forma de compartir experiencias. Mi amigo Julio Martínez, de la editorial Fuente de la Fama, tiene uno desde hace unos meses y me ha dado envidia.
Ayer, día 11 de Mayo, realizé la primera fotovaporizacíon de próstata a través de la uretra con laser verde ktp que se hace en Valladolid. Se trataba de un paciente con una próstata de más de 100 grs, con sonda permanente desde hace 2 meses por retención crónica. La intervención fué por la tarde en el Hospital de Valladolid Felipe II y todo transcurrió sin incidencias. Se utilizó anestesia raquídea y no ha habido sangrado durante ni después de la intervención y el paciente se ha ido para su casa hoy al mediodía.
Estoy muy satisfecho de la experiencia y a partir de hoy voy a ofrecer el laser como la primera y mejor opción quirúrgica para tratar los problemas que produce el crecimiento de la próstata.

Hasta ahora la mayoría de las próstatas se operaban a través de la uretra con un resector de corte eléctrico que va haciendo pequeños framentos que se extraen. Solamente las que son muy grandes necesitan operarse mediante cirugía abierta. En ambos casos existe hemorragia durante la intervención y en los días posteriores, que necesitan transfusiones de sangre frecuentemente, y una estancia en el hospital de 4 a 10 días durante los cuales se mantine una sonda vesical.

Con el laser verde ktp tenemos unas ventajas evidentes para los pacientes que le convierten en la mejor alternativa:
  • Pueden operarse próstatas de cualquier tamaño.
  • No existe riesgo de hemorragias.
  • Hospitalización de menos de 24 horas.
  • Disminución muy importante de los riesgos quirúrgicos, lo que permite operar pacientes de edad avanzada o con mucho riesgo quirúrgico, que de otra forma estarían condenados a llevar una sonda de forma permanente.